¿Por qué nos debe importar lo que pasa en Cataluña?

Durante los últimos días e incluso desde hace algunos meses, el tema de la independencia catalana ha inundado los noticieros. Para los que viven lejos de España y de Europa, lo sucedido en Cataluña lejos de ser extraño, se ha vuelto confuso.

Ello recae en varias cuestiones, algunas de ellas muy puntuales, la primera es ¿Por qué se quieren independizar de España? luego, ¿Dónde está Cataluña en España? para terminar con ¿Qué importancia tiene eso para mi, si no vivo ni en España, ni en Europa?

Estas preguntas, son, naturalmente resultado de la lejanía geográfica, y aunque puedan pecar de inocencia en un mundo que hoy en día está sumergido en la globalización, no están exentas de valor. Especialmente si la primer reacción que tenemos es la indiferencia o el desconcierto. ¿A qué se debe tanto escándalo mediático?

Para tratar de entender un poco más, de qué va el asunto del independentismo catalán, aquí se expondrán varias ideas que vendrían bien para ayudarnos a conocer más de este tema que tanto revuelo ha causado.

Cabe aclarar que este texto no quiere abarcar la totalidad del conflicto español-catalán, y sólo se limitará a dar información que se cree conveniente, para iniciar un proceso de entendimiento, de un hecho tan añejo como complicado.

Como primer punto, hay que preguntarnos, ¿Cuál es la condición actual de Cataluña como parte de España?

Cataluña, es una de las cuatro regiones autonómicas de España, al igual que lo es el País Vasco, Galicia y Andalucía.

Es en el año de 1979, cuando la región Catalana se convierte en comunidad autónoma, aunque ya contaba con antecedentes parecidos, durante la década de 1930´s. Cataluña recibe en 1979, la condición de cierta autonomía legislativa, con el derecho a elegir a sus representantes propios y a contar con determinadas competencias ejecutivas y administrativas, entre las que destacan; un parlamento propio, autonomía en el sector educativo, de igual forma en el sistema de salud, cultura y lengua, ordenación del territorio y urbanismo. A su vez cuenta con su propio cuerpo policial, conocido como los Mossos D´ Esquadra. Por último y como punto neural del conflicto, la gestión de impuestos, que es compartida con el gobierno central con sede en Madrid, capital del país español.

Tomando en cuenta lo anterior, Cataluña como región autónoma goza de un auto gobierno, limitado en algunos puntos centrales a Madrid. Éste estatuto de autonomía fue reformado en 2006 y se mantiene hasta nuestros días. La intención aquí, lejos de ahondar en la historia de Cataluña y del independentismo, está en entender ¿Por qué es importante para el resto del mundo?

Fuera del importante factor histórico del independentismo catalán, la cuestión que parece de igual importancia, es: la utilización de un discurso nacionalista, con un cargado sentimiento de individualidad colectiva. Esto último parecería una contradicción por si misma, pero no lo es, ya que durante los últimos años se han multiplicado los discursos separatistas ante la decisión de la Gran Bretaña de abandonar la UE.

¿Y bien, que es el Nacionalismo?

Si buscamos en el diccionario de la Real Academia Española, las definiciones generalizadas son:

1) Es un sentimiento fervoroso de pertenencia a una Nación y de identificación con su realidad y con su historia.

2) Ideología de un pueblo que, afirmando su naturaleza de nación, aspira a constituirse como Estado.

El concepto como tal, nos llevaría horas y horas definirlo a profundidad. Lo cierto es que aparece durante el siglo XIX con mayor fuerza, acompañado por una época de expansionismo imperalista, que revivió e hizo más común la utilización de concepto "Nacionalismo".

Los últimos dos siglos de la historia humana no se entenderían sin dicho concepto. Pero no es momento de ahondar en ello. En el caso catalán, se define como parte de un Nacionalismo Centrífugo o desintegrador. En este tipo, se destaca la existencia de elementos y símbolos culturales lo suficientemente fuertes para generar una identidad muy independiente y sólida. Se observan por lo general en regiones que forman parte de un Estado mayor, como el caso de Bavaria en Alemania, el País Vasco en España, la zona norte de Italia, etc.

Como características de estos movimientos separatistas se encuentra, la utilización de un discurso nacionalista con tintes de autenticidad. En el caso español, la región catalana que durante muchos años ha buscado el diálogo con el gobierno central y no ha obtenido más que evasivas, ha decidido finalmente acudir como último recurso a la ilegalidad. Haciendo uso incluso de las más añejas y desleales prácticas nacionalistas, como son:

1) Consideración de uniformidad ideológica.

Demostración de unidad en el tema independentista (nada más lejano a la realidad, no todos los catalanes quieren separarse de España, ni siquiera una minoría). No existe un patrón de electores en Cataluña, lo que hace muy cuestionable la participación ciudadana bajo garantías legales de validez democrática.

2) Discurso democrático.

El referéndum del pasado 1 de octubre, no contó con las garantías democráticas necesarias para llevarse a cabo, (ni siquiera en las lineas de un proceso democrático) desatando una respuesta torpe e inaceptable de un gobierno central incapaz de hacer política. Y encubriendo al proceso de ilegalidad con una máscara de violencia.

3) El nacionalismo es un arma peligrosa, el camino de individualidad es engañoso más aún, formando parte de la UE.

En un mundo globalizado se espera unidad, no proteccionismo, de ningún tipo, que lejos de fortalecer, derrumba los cimientos sobre los cuales la UE fue constituida, y se enmarca en un discurso aislacionista con graves destellos xenófobos y demagógicos, que traen a la memoria los más dolorosos y viejos recuerdos de la antesala de la II Guerra Mundial y de la aparición de los fascismos y totalitarismos en las primeras décadas del siglo XX.

Si Cataluña quiere considerarse europeo y vivir en el marco de la UE, deberá ser más inteligente y mucho más político. La nula y torpe reacción del gobierno central español, con la utilización última, de la suspensión del gobierno catalán, son síntomas, de que hace falta hacer más política y menos demagogia.

P