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Fake News y Posverdad, la amenaza del Neofascismo.

El triunfo, en noviembre de 2016, del hoy presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, Donald Trump, inauguró uno de los momentos de ruptura más interesantes de las últimas dos décadas en el escenario internacional, de diferentes y muy inesperadas maneras. Desde entonces se han visto con mayor frecuencia acontecimientos que lentamente han revivido recuerdos de épocas oscuras del siglo pasado. Una de ellas, y tal vez la más preocupante, es la de la posverdad y el fascismo, añadiendo en pleno 2018, a la web 2.0.

Son éstos, conceptos bastante amplios como para tratar de definirlos en su totalidad –si acaso eso es posible–, en un ejercicio concreto y sencillo. Se puede decir, en primer lugar, que la posverdad es uno de los temas más populares en los últimos años, especialmente a partir de las denominadas “fake news”.

La posverdad, según el filósofo argentino Dario Sztajnsrajber es “la capacidad de leer de la realidad, sólo aquello que encaja en nuestra interpretación del mundo y utilizarlo para justificar nuestras propias ideas”.[1] Ahora, ¿a qué se refiere esto y en qué repercute? La respuesta, lejos de ser sencilla, por lo menos es concreta: es la necesidad de leer sólo aquello que conviene a nuestra concepción del mundo; mientras que aquello que no lo sea, simplemente no es tomado en cuenta. Es decir, no hay verdades absolutas, ni mentiras absolutas, solamente existe información que se quiere considerar como inútil para el propósito de justificación del discurso propio.

En este sentido y orientación, aparece en el escenario la web 2.0 que se considera básicamente como “aquellos sitios y/o webs que permiten la interacción del usuario y su traslado de pasivo a activo”[2], convirtiéndose éste en un depositario de opiniones y generación de ideas, propio y bastante dinámico.


Las “fake news” han sido la principal herramienta de construcción de la posverdad en la web 2.0. Durante los últimos 2 años, su principal exponente ha sido el presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, Donald Trump. Utilizando Twitter, red social considerada como una de las más populares[3] pero, a su vez, una de las que más genera interacción entre los usuarios, el presidente norteamericano ha logrado construir una nueva forma de informar y de interactuar con la sociedad a la cual gobierna. Se ha brincado los protocolos presidenciales haciendo que las conferencias de prensa se conviertan casi únicamente en discursos de reafirmación de los mensajes del presidente a través de la red social. Hace algunos días se ha confirmado, que en un esfuerzo por parte de la red social Twitter por combatir el uso político que se hace de su plataforma y con los escándalos de Cambridge Analítica, a partir de esta semana, dejaran de aceptar la utilización de su plataforma con fines políticos y de propaganda política.


Lo anterior no sólo ha modificado la manera de comunicarse de un interlocutor como lo es un mandatario del peso de Trump, sino que, a su vez, ha modificado la forma en que el usuario receptor utiliza dicho mensaje. Su sector electoral ha salido a defender a ultranza aquello que su presidente twittea y, más fuerte aún, ha salido a confirmar las teorías de la posverdad, ese escenario donde ya todo es posible. Esta situación ha convertido a las redes sociales en un verdadero campo de batalla ideológica que muy probablemente nunca antes se había visto. Esta nueva interacción se ha confirmado en los medios de comunicación tradicionales, quienes han sufrido con estas nuevas formas de consumo de la información. Las “fake news” son un fenómeno que ha sido menospreciado y, hasta hace muy poco, analizado.


Los últimos acontecimientos –aproximadamente desde 2015 y hasta la fecha en Europa– son también un campo de cultivo para la posverdad y este nuevo tipo de consumo de información. El nacimiento de las ultraderechas, de los discursos fascistoides y, lo más preocupante, del incremento de episodios de violencia con disparadores como los anteriores, son el principal o, por lo menos, el más delicado recuerdo de un escenario de la década de los treinta, justo antes de la aparición del fascismo en Europa el siglo pasado. El fascismo, lejos de estar muerto, como se suponía después del fin de la Segunda Guerra Mundial, ha dado muestras de que sólo ha evolucionado. Con ello no quiero decir que estemos ante un fascismo como el que apareció previo a la Segunda Guerra Mundial, al contrario, es un fascismo completamente diferente, más institucionalizado y producto del fracaso del multiculturalismo y del proyecto integrador que acompaña en algunos fragmentos a la Unión Europea, principal enemigo en común de este nuevo fascismo, al cual me gustaría denominar neofascismo 2.0.




De tal manera, me gustaría enumerar en tres puntos neurales su composición: 1) Es una corriente ideológica impulsada principalmente por partidos y/o agrupaciones políticas euroescépticas y eurofóbicas, con claras muestras de un racismo cultural y un concepto de superioridad cultural y moral. 2) Su principal herramienta de construcción y afiliación tiene una estrecha y activa relación con la utilización de la web 2.0. Y, 3) hace uso del discurso basado en la infinita posverdad, reforzado con las herramientas y oportunidades que la web 2.0 puede proporcionar, tanto para la creación de información como para su difusión.

Cada vez es más frecuente ver en las noticias artículos relacionados con eventos y connatos de violencia de los partidos de ultraderecha en Europa, como los últimos acontecimientos en Alemania,[4] desde la entrada el año pasado del partido de AfD[5] al congreso alemán. Esto es sólo una muestra de cómo paso a paso han ido ganando adeptos estas agrupaciones de ultra derecha, mismas que han encontrado a su electorado en una clase popular descontenta y afectada por los efectos del mercado común europeo y su proyecto de unidad.

Lo cierto es que, ante esta nueva concepción y aparición del fascismo evolucionado, frente a la complejidad de la posverdad, la tolerancia a la desinformación y el fracaso en la lectura de cómo enfrentar estos retos, no estamos preparados. El historiador israelí Yuval Noah Harari, lo explica de mejor manera: “lamentablemente la historia no hace concesiones. Si el futuro de la humanidad se decide en nuestra ausencia, porque estamos demasiado ocupados […], nadie se librará de las consecuencias. Esto es muy injusto, pero ¿Quién dijo que la historia es justa?”[6]. El análisis debería empezar a ser enfocado en: ¿de qué forma evolucionar las medidas en contra este nuevo fascismo? Y lo más difícil aún: ¿cómo interpretar este nuevo fascismo para poder actuar en contra de él? El fascismo nunca estuvo muerto, simple y llanamente, el fascismo ha sabido interpretar las necesidades de la generación 2.0.

Referencias

Martínez de Murguía, B., La quiebra de Europa, una crisis cultural, Ed. Cal y Arena, México, 2017, pp.185.

http://www.europapress.es/sociedad/noticia-twitter-red-social-mas-utilizada-marcas-2017-estudio-20180111124326.html

https://cnnespanol.cnn.com/video/argentina-dario-sztajnszrajber-posverdad-verdad-datos-periodismo-dialogo-longobardi/

https://definicion.de/web-2-0/

https://www.abc.es/internacional/abci-radicales-izquierda-y-derecha-enfrentan-chemnitz-201809011955_noticia.html

https://www.elcultural.com/noticias/letras/Yuval-Noah-Harari-y-la-posverdad-infinita/12468

[1] https://cnnespanol.cnn.com/video/argentina-dario-sztajnszrajber-posverdad-verdad-datos-periodismo-dialogo-longobardi/ Consultado el 26 de agosto de 2018, a las 8:39 pm.

[2] https://definicion.de/web-2-0/ Consultado el 18 de agosto del 2018, a las 5:45 pm.

[3] http://www.europapress.es/sociedad/noticia-twitter-red-social-mas-utilizada-marcas-2017-estudio-20180111124326.html. Consultado 11 de agosto de 2018, 11:15 pm.

[4] Para demostrar el incremento de manifestaciones de ultraderecha, revisar el último caso de Chemnitz en Alemania: https://www.abc.es/internacional/abci-radicales-izquierda-y-derecha-enfrentan-chemnitz-201809011955_noticia.html. Consultado el 1 de septiembre de 2018 a las 11:30 pm.

[5] Alternative für Deutschland: Alternativa para Alemania, partido de ultraderecha que logró entrar al congreso en 2017, después de que ningún partido con dichas inclinaciones políticas e ideológicas lo lograra desde la década de 1930.

[6] https://www.elcultural.com/noticias/letras/Yuval-Noah-Harari-y-la-posverdad-infinita/12468 Consultado 3 de septiembre del 2018. 8:48 am. Yuval Harari ha adquirido mucho renombre gracias a su publicación Sapiens obra superventas de No Ficción, y su última obra 21 lecciones para el siglo XXI, dónde analiza algunas de las cuestiones más urgentes de nuestra época.


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