Las enseñanzas de Pericles. Democracia en tiempos de Pandemia.

La democracia es el peor sistema de gobierno diseñado por el hombre.

Con excepción de todos los demás.

Winston Churchill.

Aún recuerdo con claridad y atención esta cita de Churchill, era yo apenas un estudiante de primer semestre de la licenciatura en Historia, en aquel momento, el profesor de la materia de Teoría Política, intentaba de alguna manera clarificar el concepto de la Democracia ante un salón lleno de muchachos que poco o nada sabían de él. Comentaba, citando el ejemplo arriba mencionado, que la Democracia era la peor forma de gobierno que existe, pero la mejor que conocemos. Al día de hoy trato siempre de entender el complejo sistema que ejerce la democracia, no sin antes recordar esta cita. Así intento hoy en el 44 aniversario de la lucha por la democracia obtenida en la Revolución de los Claveles en Portugal, una vez más reflexionarlo a través del discurso de uno de los hombres que ha traspasado el tiempo por su aporte a la historia de Grecia; Pericles, conocido como un fiel defensor de la Democracia y uno de los grandes generales que participó de manera directa en la Guerra del Peloponeso, enfrentándose a Esparta, el otro pilar de Grecia.

El Discurso Fúnebre de Pericles es una de las obras más representativas de la cultura cívica de la Grecia antigua. Fue Tucídides el Historiador griego, el encargado de transcribir esta obra que demuestra el espíritu democrático que caracterizaba el pueblo helénico. El discurso, no es una transcripción fiel del otorgado por el político y orador ateniense, sin embargo, cabe mencionar que la fidelidad con la que el historiador hace su trabajo, es por lo menos, lo más cercano que se tiene respecto a un testimonio directo.

Pericles, con motivo de las exequias de algunas víctimas de la guerra contra Esparta, aprovecha el momento de fragilidad emocional que provocó la muerte de los hombres, es así que toma la palabra en la tribuna e inicia su disertación. Una de las características que precisamente distingue al espíritu cívico y democrático de Pericles, es su manejo del diálogo, empieza tocando las sensibles fibras de la memoria de su pueblo, y por supuesto subrayando la ardua tarea que ha de suponer la guerra. Sin embargo, es en este momento cuando destaca el valor de todo aquel hombre y mujer que participe en ella, tanto de manera directa como indirecta. La unidad de la patria se ha de demostrar en los momentos más críticos y duros que ésta conlleve, y esta no es posible sin la ayuda y el compromiso que los ciudadanos han de adquirir para con ella, tiene el mismo valor el soldado que se disputa la vida en el campo de batalla, como las madres y los padres que le esperan en casa.

Para Pericles la Democracia que se goza en el territorio griego, se ha construido en virtud de sus ciudadanos y bien dice “disfrutamos de un régimen político que no imita leyes de los vecinos, más que imitadores, nosotros somos el modelo de algunos otros”. Las condiciones de igualdad que son virtud de la Democracia son la base fundamental su discurso, pues a lo largo de su prédica no repara en señalarlo. Las obligaciones del ciudadano, por otro lado, no quedan exentas para el orador ateniense, pues recalca la importancia que existe entre el gozar y el trabajar, pues queda clara la intención de incentivar al pueblo griego a seguir trabajando día con día para así, gozar de la libertad que el sistema democrático tanto persigue, libertad que por cierto, tiene un precio que se define como sacrificio, respetando y rindiendo honor a aquellos que han dado su vida en defensa de la libertad.

El Discurso Fúnebre de Pericles, que vale decir que poco tiene de Fúnebre, más que la ocasión, no ha perdido su vigencia, podría incluso decir que no la perderá, pues precisamente esa es una de las características de la Democracia, hoy en día sigue siendo tema de debate y de polémica en todos los sistemas políticos actuales. No hay alguien que se atreva a decir que puede definir con exactitud y precisión quirúrgica este complejo concepto. Parece ser que el casi decálogo de Pericles es más un recordatorio de lo difícil que es hacer del civismo algo que sea sencillo y de práctica cotidiana, esa evocación individual al espíritu democrático del ciudadano, es lo que hoy en día es más complicado de encontrar.

Importante es decir o al menos curioso, que Pericles murió a causa de una epidemia que azotó a los griegos alrededor del 429 a.C. En la fotografía de arriba un trabajador municipal de Atenas rocía su estatua con desinfectante durante la Pandemia que cubre al mundo en pleno 2020.

Por lo que, justo en este momento en el que se vive una crisis mundial y los sistemas políticos y económicos son sometidos a la prueba más dura de las últimas décadas, habríamos al menos de preguntarnos que tipo de sistema tenemos y cuál será el mejor para reconstruir a un mundo golpeado y violentado por la desigualdad, la contaminación y las sempiternas disputas por un mundo económico que cada vez más nos demuestra que no es confiable. La Democracia actualmente es un ente camaleónico, utilizado por aquellos que saben que el disfraz es la mejor de sus virtudes.

Podemos decir, es cierto, que la práctica Democrática tiene ya varios siglos, y aunque en su recorrido hay pruebas fehacientes de su efectividad y de los privilegios y avances que ésta otorga, es menester también tomar en cuenta con detalle y de manera reflexiva, que ha dado de igual manera ejemplo de sus capacidades, contando a su vez con varias naciones como víctimas. Esta reflexión que hoy se ha intentado aclaro, no sin pretender ser definitiva, sino todo lo contrario, termina por mi parte como siempre, con más preguntas que respuestas, ¿Es la Democracia la mejor forma de gobierno? ¿Es aún vigente? ¿Cuáles son nuestras obligaciones como ciudadanos para con este sistema?

Bibliografía

Tucídides, El Discurso Fúnebre de Pericles, Ed. Tácitas, Chile, 2008, p.394